Hoy me tocó entregar resultados a dos grupos. Curiosamente reprobaron nada más dos personas. A lo mejor me estoy volviendo suave con la edad, pero antes se quedaban más babosotes (con todo respeto) en el camino.
En fin, uno me vino a llorar y a llorar. No le sirvió de nada.
El otro ni se apareció, creo que le valió. Le va a dar coraje cuando sepa que sacó 69. Pero sorry, ya pasé calificaciones, ya se amoló.
Me da risa, porque un grupo, el de irregulares -por llevar la materia a destiempo, no por otra cosa- todo el semestre flojonearon terriblemente. Y al final, se aplicaron como si no hubiera un mañana. Hasta rueda de oración hicieron antes del examen definitivo. Y panzaron los desgraciados. En fin, a ver qué tal les va el próximo semestre, me van a extrañar. Muajá.
Ya estoy viendo la lista de lecturas para el siguiente periodo: Edipo Rey, Tristán e Isolda -versión juvenil, qué chihuahas será eso, no sé-, Macbeth y Tartufo ¡Qué emocionante! ¡Literatura por fin! Miren que tres años de estar dando puro lenguaje atrofia el alma. Hay que combinar.
En fin, ya pasó media hora y no vino nadie más. Creo que levanto el changarro y me voy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario