jueves, diciembre 13, 2007

La maravillosa mente de Terry Pratchett

Al estudiar letras, uno aprende a hacer distinciones entre las lecturas que nos apasionan y las que estudiamos en los salones. Éramos todo bisnes: propios, clínicos y analíticos (excepto cuando un compañero no había leído Alicia en el país de las maravillas terminó regándola en clase diciendo que su parte favorita del libro fue la escena del Nocumpleaños porque refleja una ironía pura, y todos nos quedábamos callados, mudos y rojos mientras Parrilla le decía al susodicho que esa escena sólo aparecía en la película de Disney). Los libros eran para ser analizados, para ser sopesados desde varias perspectivas que poco tienen qué ver con el placer y mucho con la objetividad fría del académico.
En fin, todo esto para decirles que vivía mi pasión por la literatura fantástica a escondidas de los demás letrólogos, no fuera a ser que me vieran feíto. Ya muchos años después encontré que Edith era un alma gemela y que también leía fantasía -oh cielos- y además la disfrutaba. Nos hacíamos recomendaciones respecto a qué leer. Ella fue la que me habló de "His dark materials" y yo fui la que le habló de Terry Pratchett.

Describir la prolífica carrera de Terry me llevaría bastante tiempo. Baste decir que él creó un universo que pobló de seres interesantísimos que viven en un mundo plano, sostenido sobre cuatro elefantes que a su vez están sobre una tortuga gigante que viaja por el universo. Discworld es una maravilla de más de treinta novelas e infinidad de personajes ¿Cómo no amar a Death o a la Unseen University? ¿Y qué me dicen de la guardia? ¿Vetinari? ¿y Mort? ¿y las brujas? ¿y el pobre de Rincewind, siempre buscando? ¿y Ankh-Morpork?

Con tanto libro, uno pudiera pensar que Pratchett se repetiría a sí mismo, que se volvería un cliché con patas y en realidad sucede todo lo contrario. Su manejo del humor es tan exquisito que sus novelas se vuelven una delicia debi
do a su manejo del lenguaje y de una ironía finísima que hace que sus personajes parezcan parte de una tragedia griega con una cubierta chocolatosa de una comedia de equivocaciones. Pratchett es un genio. Sus libros son divertidísimos.

Y apenas hace dos días, acaba de anunciar en su sitio que debido a una embolia que tuvo
hace unos años, se le ha desarrollado un tipo de Alzheimer raro que está en sus primerísimas etapas. Él le pide a los fans su comprensión, que todavía queda tiempo, que quiere pasarlo haciendo aquello para lo que nació: escribir. Carajo, qué doloroso es que una mente tan prolífica se acabe por culpa de esa enfermedad. Y tantas mentes brutas sanas por el mundo.

En fin, lean Discworld, es una orden. Muerte se los ordena.
Y gocen con las historias de Pratchett.


2 comentarios:

la vieja diabla dijo...

ohhh entonces neeext in the list :)
chin, todavía tengo que leer stardust... y estos libros de dune son un chiiingo :S

Estela dijo...

Bueno, te recomiendo que leas a Pratchett, sobre todo si quieres abstraerte y reírte un rato.

Es muuuuuy bueno.