domingo, septiembre 02, 2007

Desesperación

Pues hay días en que me siento como la Cabracunda y quiero golpear a medio mundo. En otras ocasiones, se trata de momentos caracterizados por lo rojo que se ve el panorama y lo estúpidos que se ven los demás. Pura subjetividad.

Hoy me lancé con el Mitch por la búsqueda de Hot Fuzz (ya la tengo ¡yay!). Todavía no había comido porque mi tirada era ir a casa de mis papás y consumir del pozole que había preparado mi amá con sus manitas (en serio, son chiquitas) santas. Como estoy a dieta, solamente había desayunado un plátano y nada más. Para compensar la ingesta calórica que sería el plato(te) que gozosamente engulliría en la tarde.

Pero con la lavadora me tardé en salir. Tenía hambre, así que busqué algún vegetal que tuviera a la mano para subsistir. Tenía una lata de champiñones que luchó hasta el final por no ser consumida. Así que iba por el Michelón, cuando me percaté que había partido en el estadio cercano. Las calles estaban atascadas de autos, y los vecinos vendían los lugares al por mayor. No le di importancia y me lancé a la aventura. Michelón traía una manzana deliciosa de la que me convidó.

Terminamos en Valle Oriente, donde el olor de los cinabones llenaba el lugar. El estómago rugía y yo sentía como el hambre criminal me invadía. De cualquier manera resistí pensando en el pozole. Aún así hubo un momento de duda, de indecisión. Pero las amenazas de mi nutrióloga ("yo te mato" "yo te ahorco") fueron efectivas y huí.

Al dejar al Michel en su casa, trato de llegar a la mía para recoger a la Rata y mis cosas (y buscar otra lata de champiñones) y caigo en cuenta que el partido terminó. Un tránsito bloqueaba una arteria para entrar al estadio, por lo que me desvié a otra. Me detuve a cargar gasolina (bueeeno ya estamos aquí). El estómago inquieto. Zas, otra avenida bloqueada. Y otra, y otra y otra.

Quizá fue el hambre lo que me hizo sentir asesina. Pero ya no aguantaba y no encontraba manera de llegar a casa ¿Qué derecho tienen de impedirme la libre vía a mi morada? Ya deberían mandar a los rayados a la .... nueva instalación que se rumora que tendrán. Ya chole, ha sido mucho sufrimiento con los continuos partidos.

Y que empieza a llover.
Y que la gente empieza a cometer (más) imprudencias al manejar.
Decidí detenerme en el Pollo Loco para calmarme y comer. No podía seguir manejando así, necesitaba esperarme a que estuvieran abiertas las calles. Así que entré y en el momento que lo hice la lluvia arreció de manera espectacular. Pero a mí me valió, me compré unas piezas de pollo y unos frijoles y me serví salsa y cebolla y comí agradecida y feliz.

Afuera se oían los pitidos salvajes y el pasar de varias ambulancias. Mientras tanto yo tranquila. No había mucha gente, así que se sentía una atmósfera relajada y agradable. Creo que hoy me tocó ser testigo del récord de llenado de botecitos de salsas en la compra de un pollo (uno solo) para llevar: catorce de la verde, quince de la roja y cuatro bolsas de totopos.

En fin, terminé mi comida y emprendí la huida. Llegué a mi casa y la lluvia continuó, así que me quedé sin ir a casa de mis papás. Pozole de desayuno. Yay.



4 comentarios:

la vieja diabla dijo...

pecadora!!

yo también he comprobado a la mala que sale contraproducente aguantarse el hambre por ir a comer a algún lugar más tarde, más mucho y más rico.

Mitch dijo...

quiero pozoooooleeeeeee

bueno cocine algo parecido,

Lentejas pero como las hace mi amá con jamón tocino y chorizo español Oh si!!! ah y platanitos fritos y huevo, me quedó muy rico jejej ... quiero pozole

Anónimo dijo...

yo lentejaaas de esaaas. ah ylo unico bueno de los partido son las tortas de pierna mmmmmm

Oxte! dijo...

quiero pollo loco!
:(

y las lentejas que hace mi madre la mía, sin chorizo ni huevo ni salchichas ni ese tocino que parece más bien panza. no. puro tocino yummi. creo que estoy confundiendo con los frijoles charros. no importa. lentejas con plátanos machos fritos en la grasa del tocino y frijoles charros con tocino.

sí, que ya se vayan a la goma los rayados.