viernes, junio 08, 2007

¿No te acuerdas de Estelita?

Ayer pude ir a comer con una amiga de la prepa donde trabajaba hace un año. Cuando trabajaba allá, nos dábamos unas escapadas muy ricas y visitábamos restaurantes de la zona. Con la plática y la buena comida, nos relajábamos mucho del trabajo que nos tocaba hacer. Pues ayer nos vimos antojadas y terminamos en los Arcos esos de Morones Prieto.

Sí, aquéllos donde ejecutaron a alguien. Bueno, aunque ahora hay muchos lugares así aquí en Monterrey.

Comentaba mi amiga que a pesar de lo bueno del restaurante, se sentía un aura de intranquilidad y de constante temor: qué tal si vuelve a pasar. Pues nos tiramos al piso, le dije mientras mordía una tostada de ceviche de camarón, chomp. A final de cuentas la plática quedó ahí y con la conversación tomando otros giros nos olvidamos del asunto.

Hasta que vimos que a dos mesas se empezaron a sentar policías federales uniformados y con sus armas en las cachas ¡Qué miedo tan tangible se sintió! Si antes estábamos en la broma al respecto, los temores se autentificaron con la vista de las personas uniformadas. Pronto todo tendría sentido. A lo lejos, saludando comensales de mesa en mesa como si fuera picaflor, se encontraba Maderito. Es decir, Adalberto Madero, alcalde de la ciudad.

Maderito parece un personaje de caricatura, todo sonriente, casi pingüino con su nariz y su caminar. Pero lo que le hace peculiar es que tiene un defecto en la dicción, sustituye la r por la d debido a que le falta un pedazo de lengua (diiiiiicen). Habla chistoso. Sin embargo, esto no sería problema si el tipo fuera elocuente, cosa que no es. Escucharlo es perderse en un discurso del que Cantinflas estaría orgulloso. Agréguenle lo de la dicción y Maderito se vuelve un personaje salido de un sketch de Saturday Night Live.

Pues bien, nos encontrábamos viendo cómo Madero iba como candidata a reina saludando a todos en las mesas con un cariño como si se estuviera en la reunión anual de los Madero. De pronto, ve a mi amiga a lo lejos y abre los brazos mientras se acerca a la mesa. La cara se me quiere caer de vergüenza pero ella se encuentra como si nada, sonriendo amablemente, acepta el beso en la mejilla y el saludo cordial.

De repente, ella le dice: "¿No te acuerdas de Estelita?" y me señala con el brazo.

"¡Cómo no! ¡Estelita! ¿Cómo has estado?" Y que beso y abrazo de Maderito como si fuera amiga de la infancia. "¡Qué gusto verte de nuevo!"

"Bien, gracias." Yo en estado de shock, no supe qué más decirle. Roja y apenada.

Mi amiga feliz con su acto de crueldad se despide de Maderito que se dirige a sentarse en una mesa con dos muchachas jóvenes a comer ceviche y convidarles a las dos de su plato. Le pregunto a mi amiga si lo conocía o si le dio clases cuando él era joven y prepo. Me dice que no, que en su vida lo había visto en persona, simplemente jugó con la mente del alcalde.

Bueno, por lo pronto, ya sé que la estrategia funciona. A ver si el tipo no se quedó pensando de dónde nos conocía.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

chale, que malandrina es tu amiga. peor que el Dr. House que cojea y esta guapo y quisiera tenerlo por una hora para darle un buen... AAAAH, Maderito, si, se ve y se oye medio lelito.

:P

tmkpmpv
chale, cuando estas palabras empiezan a tener un sentido fisico en mi mente es que ya estoy mal.

la vieja diabla dijo...

jajajajajajaja
que botana con tu amiga :P

Unknown dijo...

el madedito, no se burlen pueden tener un hijo así. jaja