Vivimos vidas rutinarias. Seguimos patrones establecidos por nuestro itinerario laboral, nuestros compromisos sociales, las reglas de la sociedad de consumo en la que nos desenvolvemos. Incluso, la generación que se encuentra a unos pasos de la treintena, se ve abrumada por el cambio que implica el asumir el rol del adulto productivo, la madurez encumbrada en el establecimiento de un hogar, la creación de una familia, el cumplimiento de una meta. Pánico escénico. A final de cuentas, es el establecimiento de los roles que se adaptan a los patrones antes mencionados.
Con esto en mente, les quiero comentar acerca de Shaun of the Dead ("El desesperar de los muertos") película inglesa que me ha tenido pensando los últimos días. Había leído en varios foros de discusión al respecto de este filme y cómo es que rápidamente se convertía en una cinta de culto. Verán, esta película lleva la metáfora de nuestras existencias repetitivas a la idea de la zombificación de la sociedad londinense.
Pero no es solamente una película de miedo, es una comedia romántica con zombis, una película donde lo importante no son los monstruos que llenan las calles, sino la indiferencia en la que se ve sumido el personaje principal, Shaun, que le impide comprender el estado real de las cosas hasta que ya es demasiado tarde: su novia lo corta y por si fuera poco, los muertos vivientes atacan. Si tan sólo hubiera prestado atención a las señales constantes... Shaun es un tipo regular, un prototipo geek convertido en héroe por un día cuyo enfrentamiento con los zombis es la metáfora de la lucha por establecer la vida adulta, por dejar la adolescencia cancerígena atrás.
¿Lo logrará?
La sociedad propicia al muerto viviente: es mucho más dócil.
Me encontré esta película en un VIPS, a 150 pesos aproximadamente. Se las recomiendo. Sobretodo si les gusta Queen.
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